Nombre del proyecto:
Semilleros de
convivencia una estrategia para crear un mejor ambiente escolar
PREGUNTA
DE INVESTIGACIÓN
¿ Como
se conviertes las tic en una estrategia pedagógica para disminuir la
problemática de agresividad, intolerancia y desunión en los estudiantes ?
DEFINICION DEL PROBLEMA
Los estudiantes en los descansos de la institución educativa San Isidro,
manifiestan una actitud inadecuada en el ambiente escolar es decir realizan
actos como peleas, matoneo, expresiones verbales desagradables en cualquier momento o
situación.
Esto conlleva a la indisciplina, maltrato personal, peleas entre los
alumnos, matoneo y bajo rendimiento académico.
Escucho y respeto el turno de
palabra
Tiro los papeles a la papelera
JUSTIFICACION
La
convivencia pacífica es una condición
determinante que favorece todos los procesos de desarrollo del individuo y más los de aprendizaje, es decir, el hombre
por ser social debe interactuar con los demás ya que somos individuos pero no
seres individuales por lo tanto el rescato de los valores (tolerancia, unión,
paz, amor, solidaridad, respeto, responsabilidad), debe ser una condición para
prevenir y superar la violencia o conductas inadecuadas.
La
escuela debe convertirse en impulsadora de procesos de participación y
democratización construyendo ciudadanía.
La
convivencia escolar es inherente a la calidad de educación por lo tanto debemos
buscar siempre que nuestros estudiantes sean cada día mejores personas.
La propuesta está dirigida a la población estudiantil con
la colaboración de toda la comunidad educativa, buscando siempre ideas que nos
ayuden a mejorar las relaciones interpersonales para que exista un mejor
contexto y una mejor sociedad.
Un
objetivo primordial de la educación “es la de ser buen ciudadano”, es decir la
capacidad para ejercer derechos y
deberes aprendiendo a respetar a los demás.
La
importancia de semilleros de convivencia es garantizar estrategias
metodológicas que contribuyan a los niños desde las capacidades a tener una
mejor convivencia elevando su
autoestima, poniendo en practica valores, reflexionando sobre sus propias
conductas, realizando compromisos para mejorar estas actitudes negativas y
colaborando para fomentar compañerismo.
Semilleros
de convivencia busca que los estudiantes sean promotores de convivencia
pacífica y se comprometan a cuidar su vida y la de los demás, resolver
pacíficamente conflictos dentro y fuera de la institución, utilizar el dialogo
como única fuente de solucionar dificultades, reconocer y aceptar la
diferencia, promover la unidad y el compañerismo.
El
propósito de semilleros de convivencia es buscar una integración social para
mejorar la sociedad actual.
Valores que es preciso ayudar a construir, también, a partir de una reflexión explícita y cooperativa sobre su significado, a la que voy a denominar “currículum de la no-violencia”. Las propuestas y resultados que en esta ponencia se presentan se sitúan dentro de una larga serie de investigaciones, iniciada hace dos décadas, sobre cómo mejorar la calidad de la educación, adaptar las aulas a la diversidad y educar en valores a través del aprendizaje cooperativo
La institución educativa tiene la misión de orientar las acciones educativas en función del desarrollo integral de los y las estudiantes, tanto en su crecimiento personal como en su inserción activa y participativa en la sociedad; en este contexto, la convivencia escolar adquiere especial relevancia, en tanto ejercita a los y las estudiantes en cómo vivir y relacionarse armónicamente con los demás en los diversos espacios de interacción.
El principal objetivo es evitar situación de violencia y de conflictos entre los estudiantes.
En el último año se ha incrementado considerablemente la toma de conciencia de nuestra sociedad respecto a un problema que es tan viejo y generalizado como la propia escuela tradicional: el acoso entre iguales.
Los resultados obtenidos en los estudios científicos realizados sobre su incidencia reflejan que a lo largo de su vida en la escuela, todos los escolares parecen tener contacto con la violencia entre iguales, como víctimas, agresores o espectadores, la situación más frecuente.
Para prevenir la violencia escolar es preciso no minimizar su gravedad en ninguna de sus manifestaciones, pero sin confundir tampoco problemas de gravedad y frecuencia muy diferente, diferenciando la agresión (física o psicológica) que puntualmente un alumno puede sufrir o ejercer en un determinado momento, de la repetición y agravamiento de dichas agresiones dentro de un proceso al que llamamos acoso, término utilizado como traducción de bullying (derivado de bull: matón), y con el que se denomina a un proceso que:
1) Suele implicar diverso tipo de conductas: burlas, amenazas, intimidaciones, agresiones físicas, aislamiento sistemático, insultos...
2) No se limita a un acontecimiento aislado, sino que se repite y prolonga durante cierto tiempo. Razón por la cual se produce en contextos, como la escuela, el barrio o el trabajo, que obligan a las personas a encontrarse con frecuencia y durante un período de tiempo de cierta duración.
3) Provocado por un individuo (el matón), apoyado generalmente en un grupo, contra una víctima que se encuentra indefensa, que no puede por sí misma salir de esta situación.
4) Y que se mantiene debido a la ignorancia o pasividad de las personas que rodean a los agresores y a las víctimas sin intervenir directamente.
Entre
los escolares que son víctimas de acoso suelen diferenciarse dos situaciones:
1.
La víctima típica, o víctima pasiva, que se caracteriza por: una situación social de aislamiento, en relación a lo cual cabe considerar su escasa asertividad y dificultad de comunicación; una conducta muy pasiva, miedo ante la violencia y manifestación de vulnerabilidad (de no poder defenderse ante la intimidación), alta ansiedad, inseguridad y baja autoestima; características que cabe relacionar con la tendencia observada en algunas investigaciones en las víctimas pasivas a culpabilizarse de su situación y a negarla, debido probablemente a que la consideran más vergonzosa de lo que consideran su situación los agresores (que a veces parecen estar orgullosos de serlo).
La víctima típica, o víctima pasiva, que se caracteriza por: una situación social de aislamiento, en relación a lo cual cabe considerar su escasa asertividad y dificultad de comunicación; una conducta muy pasiva, miedo ante la violencia y manifestación de vulnerabilidad (de no poder defenderse ante la intimidación), alta ansiedad, inseguridad y baja autoestima; características que cabe relacionar con la tendencia observada en algunas investigaciones en las víctimas pasivas a culpabilizarse de su situación y a negarla, debido probablemente a que la consideran más vergonzosa de lo que consideran su situación los agresores (que a veces parecen estar orgullosos de serlo).
2.
La victima activa, que se caracteriza
por una situación social de aislamiento y fuerte impopularidad, llegando a
encontrarse entre los alumnos más rechazados por sus compañeros (más que los
agresores y las víctimas pasivas); situación que podría estar en el origen de
su selección como víctimas, aunque, como en el caso de las anteriores, también
podría agravarse con la victimización; una tendencia excesiva e impulsiva a
actuar, a intervenir sin llegar a elegir la conducta que puede resultar más
adecuada a cada situación, con problemas de concentración (llegando incluso, en
algunos casos, a la hiperactividad) y cierta disponibilidad a reaccionar con
conductas agresivas e irritantes.
Características que han hecho que en ocasiones este tipo de víctimas
sean denominadas como “victimas provocadoras”, asociación que convendría
evitar, para prevenir la frecuente tendencia a culpar a la víctima que suele
existir respecto a cualquier tipo de violencia, también en la escolar.
OBJETIVOS
General:
Implementar semilleros de
convivencia en la institución Educativa San Isidro con el fin de sensibilizar
hacia la integración social para mejorar el
ambiente escolar.
Específicos
ü Sensibilizar a los estudiantes
frente a la convivencia escolar.
ü Implementar el programa leones
educando como herramienta pedagógica para mejorar las relaciones
interpersonales.
ü Promover un buen clima escolar a
través de estrategias motivadoras.
ü Desarrollar diferentes
actividades que permitan mejores relaciones interpersonales.
n Específicos a partir del trabajo
de campo:
ü Motivar a los estudiantes hacia
la convivencia, el buen trato y la integración social.
ü Estimular el liderazgo en un
grupo como semilleros de convivencia a través de la participación para la
solución de conflictos.
ü Rescatar valores para un ambiente
escolar sano y armonioso.
REFERENTE
CONCEPTUAL
En este proyecto de aula se desea presentar
recomendaciones prácticas de orden pedagógico para cada una de las personas que
conforman la comunidad educativa, con el propósito de que desde su rol puedan
fortalecer la convivencia escolar.
Para cumplir con este objetivo, esta guía
define, en primer lugar, lo que se entiende por corresponsabilidad, para luego
dividirse en cuatro partes, cada una dirigida a:
1.
Estudiantes: el tema que se trata en este apartado
es la participación estudiantil como elemento fundamental para fortalecer la
convivencia escolar. Se plantea una serie de experiencias exitosas que servirá
de inspiración para que el grupo de estudiantes puedan participar de manera
activa en los procesos escolares.
2.
Familias: en este apartado se plantean elementos
que pueden ser utilizados por las familias en sus hogares para aportar a la
convivencia escolar.
3.
Directivas docentes: en este apartado se tratará el
tema del liderazgo pedagógico, ofreciéndole a las y los directivos docentes una
serie de herramientas para realizar procesos de reflexión, trabajo en equipo y
diálogo.
4.
Docentes y docentes con funciones de orientación:
en este apartado se profundizará, a partir de herramientas prácticas, sobre la
reflexión del quehacer docente y el desarrollo de competencias ciudadanas para
construir ambientes de aprendizaje democráticos y desarrollar proyectos en pro
de la convivencia escolar.
Actividades
Actividad
1:
En los programas que desarrollamos en bachillerato,
de forma paralela al procedimiento de aprendizaje cooperativo descrito en el
cuadro uno, que se aplica en materias evaluables, se incluyen una serie de
sesiones dedicadas explícitamente a reflexionar sobre los valores de
cooperación, tolerancia y noviolencia, incluyendo los tres procedimientos
siguientes:
1)
Reflexión-discusión sobre las
reglas de la vida en común. Para llevar a la practica el principio de la
democracia participativa desde el primer curso de primaria pueden llevarse a
cabo las siguientes actividades, que conviene iniciar cuanto antes para
incorporar los valores cooperativos:
• Discusión sobre las
reglas de convivencia en el aula, en las que se especifica lo que se puede y no
se puede hacer así como que deberá hacer cada alumno cuando no las respete y
por qué.
• Elaboración y votación
de una “Constitución del aula”. Su cumplimiento se favorece cuando los alumnos
participan activamente en dicha elaboración, así como cuando el producto final
se escribe y está disponible de forma que todos puedan verla y recordarla (por
tener un ejemplar en cada mesa y un cartel en la pared, por ejemplo), y cuando todos
los miembros de la clase han votado expresando su acuerdo con el resultado
final.
• Incorporación entre los
papeles de los equipos cooperativos de funciones y actividades relacionadas con
el cumplimiento de las reglas.
• Evaluación periódica del
funcionamiento de las normas aprobadas entre todos e incorporación de los
cambios que puedan ser necesarios para mejorarlas.
2)
Enseñanza de habilidades sociales,
siguiendo un procedimiento que incluye: explicación, práctica y evaluación.
Esta enseñanza puede llevarse a cabo con toda la clase y completarse, cuando sea necesario y posible, con apoyo individualizado a los niños que así lo requieran, por tener más dificultades para aprenderlas y encontrarse en una situación de riesgo (ser rechazados o estar aislados).
Un procedimiento eficaz para conseguirlo consiste en llevar a cabo algunas sesiones que incluyan en un contexto protegido (generalmente fuera del aula):
Esta enseñanza puede llevarse a cabo con toda la clase y completarse, cuando sea necesario y posible, con apoyo individualizado a los niños que así lo requieran, por tener más dificultades para aprenderlas y encontrarse en una situación de riesgo (ser rechazados o estar aislados).
Un procedimiento eficaz para conseguirlo consiste en llevar a cabo algunas sesiones que incluyan en un contexto protegido (generalmente fuera del aula):
• Reflexión del adulto con
el niño seleccionado sobre la habilidad en cuestión, estimulando el proceso
adopción de perspectivas y que la habilidad sea entendida tanto como concepto
general como en relación a las conductas específicas que permiten practicarla.
Su duración suele ser de unos siete minutos cada día.
• Práctica supervisada por el adulto durante unos doce minutos, en la que el niño seleccionado trata de poner en práctica la nueva habilidad interactuando con un compañero seleccionado para este fin.
• Evaluación de la práctica y compromiso de seguir. Los cinco minutos finales consisten en que el adulto vuelve a hablar solamente con el niño objeto del apoyo para enseñarle a evaluar cómo ha sido su interacción al tratar de poner en práctica la nueva habilidad y le pregunta cómo va a intentarlo hasta la próxima vez que vuelvan a hablar.
• Práctica supervisada por el adulto durante unos doce minutos, en la que el niño seleccionado trata de poner en práctica la nueva habilidad interactuando con un compañero seleccionado para este fin.
• Evaluación de la práctica y compromiso de seguir. Los cinco minutos finales consisten en que el adulto vuelve a hablar solamente con el niño objeto del apoyo para enseñarle a evaluar cómo ha sido su interacción al tratar de poner en práctica la nueva habilidad y le pregunta cómo va a intentarlo hasta la próxima vez que vuelvan a hablar.
3) Discusión y dramatización a partir de situaciones de confrotancion o de
contextos donde ocurra el abuso escolar.
Las investigaciones que han realizado en contextos interétnicos y en aulas que integran a niños con necesidades especiales, han permitido comprobar la eficacia de la discusión y representación de conflictos desde los primeros años de primaria para enseñar a resolverlos, mejorar las relaciones que los niños establecen en la escuela, favorecer la integración y desarrollar la tolerancia.
Para adaptar los procedimientos de discusión y representación de conflictos utilizados tradicionalmente con adolescentes compensando las limitaciones cognitivas y comunicativas de los alumnos de menor edad.
Las investigaciones que han realizado en contextos interétnicos y en aulas que integran a niños con necesidades especiales, han permitido comprobar la eficacia de la discusión y representación de conflictos desde los primeros años de primaria para enseñar a resolverlos, mejorar las relaciones que los niños establecen en la escuela, favorecer la integración y desarrollar la tolerancia.
Para adaptar los procedimientos de discusión y representación de conflictos utilizados tradicionalmente con adolescentes compensando las limitaciones cognitivas y comunicativas de los alumnos de menor edad.
Actividad 2:
Actividad
3:
Analizar las siguientes pautas para mejorar la eficacia de la disciplina :
Tradicionalmente las reglas que rigen la
vida en la escuela están previamente establecidas y el alumnado, sobre todo en
la adolescencia, vive su incumplimiento como una mera desobediencia a una
autoridad y a un sistema que a veces percibe como ajeno.
El hecho de participar en su elaboración y
de definir el cumplimiento de las normas como lealtad a un grupo al que se
sienten y desean pertenecer contribuye a desarrollar su compromiso con dichas
normas.
Estas condiciones representan, además, una
excelente oportunidad de educación para la democracia. Y conviene recordar, en
este sentido, que la democracia se aprende con la práctica.
El hecho de insertar la disciplina en el
contexto mencionado en el párrafo anterior puede mejorar considerablemente su
eficacia educativa, para lo cual conviene tener en cuenta también que:
1.-Uno
de los objetivos de la disciplina es enseñar a respetar ciertos límites. Los estudios realizados sobre este tema reflejan que el respeto de
dichos límites mejora cuando las normas son claras y coherentes, han sido
elaboradas por todos los miembros de la comunidad escolar, incluidos los
alumnos, y éstas se aplican a todos según unos principios previamente
aceptados.
2.-La
impunidad ante la violencia genera más violencia.
La eficacia de dichos límites, y del contrato social en cuyo contexto se
establecen, se reduce cuando las transgresiones graves quedan impunes. Conviene
tener en cuenta, en este sentido, que la violencia está siempre más allá de los
límites permitidos en cualquier contrato social democrático. Y que la impunidad
ante la violencia que a veces se produce en la escuela (especialmente entre
iguales) es un grave obstáculo para enseñar a combatir este problema.
3.-La
sanción debe contribuir a diferenciar entre agresores y víctimas, superando distorsiones. Los estudios realizados en contextos muy
diversos reflejan que la impunidad ante la violencia hace que ésta genere más
violencia debido a que los agresores (y las personas que se identifican con
ellos) la interpretan como un apoyo implícito, transmitiendo que aunque en
teoría se condena la violencia, en la práctica se aprueba. Esto hace que las
víctimas sufran lo que ellas mismas describen como una nueva victimización.
Así, la impunidad
contribuye a reforzar dos graves
distorsiones que potencian la violencia, que llevan, en su forma más extrema, a
asociar la conducta del violento con la del héroe, y, con mucha frecuencia, a
culpabilizar de dicha violencia a la víctima. En este sentido, una de las
funciones de la sanción es establecer con claridad quién es culpable y quién no
lo es; enseñando a asumir responsabilidades a quién las tiene y a no sentirse
culpable a quién no lo es.
4.-La disciplina debe favorecer cambios
cognitivos, emocionales y conductuales en la dirección de los objetivos
educativos y estimulando la capacidad de adopción de perspectivas.
Los
estudios realizados sobre las deficiencias psicológicas que caracterizan a los
adolescentes violentos reflejan que éstos suelen tener, entre otros, los
siguientes problemas:
1) dificultades para comprender las
consecuencias que su conducta produce en los demás;
2) distorsiones emocionales que les
impiden sentir empatía y les llevan a culpar a la víctima de su propia
violencia;
3) y falta de habilidades para afrontar la tensión y resolver los conflictos de forma no violenta.
Los procedimientos de disciplina deberían contribuir a superar estos tres tipos de deficiencias, ayudando a que el violento se ponga en el lugar de la víctima, entienda lo destructiva que es la violencia, se arrepienta de haberla utilizado, intente reparar el daño originado y desarrolle alternativas constructivas para no volver a recurrir a ella en el futuro en situaciones similares.
La eficacia educativa de la disciplina mejora cuando estos componentes son integrados con coherencia dentro de un proceso global.
5.-El respeto a los límites mejora cuando se aprenden habilidades no violentas de resolución de conflictos. Para evitar que las conductas antisociales se repitan conviene analizar siempre qué función han podido cumplir y como desarrollar alternativas tanto en el individuo como en el contexto. Y para conseguirlo, conviene tener en cuenta que los adolescentes violentos suelen tener dificultades para comprender y resolver los conflictos y tensiones que experimentan; como consecuencia de lo cual se comportan de una forma que tiende a obstaculizar no sólo el bienestar de sus víctimas sino también su propio bienestar, porque con su violencia aumentan (por lo menos a medio y largo plazo) las tensiones y conflictos que originaron su conducta violenta. Ayudarles a descubrirlo y enseñarles procedimientos sistemáticos para resolver de forma más inteligente y justa sus tensiones y conflictos puede ser, por tanto, un procedimiento muy eficaz para prevenir la violencia.
Los estudios realizados sobre este tema reflejan que dichos adolescentes suelen tener alterado todo el proceso a partir del cual se analizan y resuelven en la vida cotidiana los problemas interpersonales, proceso que incluye las seis habilidades siguientes, sobre las cuales habría que centrar la
3) y falta de habilidades para afrontar la tensión y resolver los conflictos de forma no violenta.
Los procedimientos de disciplina deberían contribuir a superar estos tres tipos de deficiencias, ayudando a que el violento se ponga en el lugar de la víctima, entienda lo destructiva que es la violencia, se arrepienta de haberla utilizado, intente reparar el daño originado y desarrolle alternativas constructivas para no volver a recurrir a ella en el futuro en situaciones similares.
La eficacia educativa de la disciplina mejora cuando estos componentes son integrados con coherencia dentro de un proceso global.
5.-El respeto a los límites mejora cuando se aprenden habilidades no violentas de resolución de conflictos. Para evitar que las conductas antisociales se repitan conviene analizar siempre qué función han podido cumplir y como desarrollar alternativas tanto en el individuo como en el contexto. Y para conseguirlo, conviene tener en cuenta que los adolescentes violentos suelen tener dificultades para comprender y resolver los conflictos y tensiones que experimentan; como consecuencia de lo cual se comportan de una forma que tiende a obstaculizar no sólo el bienestar de sus víctimas sino también su propio bienestar, porque con su violencia aumentan (por lo menos a medio y largo plazo) las tensiones y conflictos que originaron su conducta violenta. Ayudarles a descubrirlo y enseñarles procedimientos sistemáticos para resolver de forma más inteligente y justa sus tensiones y conflictos puede ser, por tanto, un procedimiento muy eficaz para prevenir la violencia.
Los estudios realizados sobre este tema reflejan que dichos adolescentes suelen tener alterado todo el proceso a partir del cual se analizan y resuelven en la vida cotidiana los problemas interpersonales, proceso que incluye las seis habilidades siguientes, sobre las cuales habría que centrar la
intervención:
1) definir adecuadamente el conflicto identificando todos sus componentes e integrando en dicha definición toda la información necesaria para resolverlo;
2) establecer cuáles son los objetivos y ordenarlos según su importancia;
3) diseñar las posibles soluciones al conflicto y valorar cada una de ellas teniendo en cuenta las consecuencias -positivas y negativas- que pueden tener para las distintas personas implicadas en la situación;
4) elegir la solución que se considere mejor y elaborar un plan para llevarla a cabo;
5) llevar a la práctica la solución elegida;
6) valorar los resultados obtenidos y, si no son los deseados, volver a poner en práctica todo el procedimiento para mejorarlos.
1) definir adecuadamente el conflicto identificando todos sus componentes e integrando en dicha definición toda la información necesaria para resolverlo;
2) establecer cuáles son los objetivos y ordenarlos según su importancia;
3) diseñar las posibles soluciones al conflicto y valorar cada una de ellas teniendo en cuenta las consecuencias -positivas y negativas- que pueden tener para las distintas personas implicadas en la situación;
4) elegir la solución que se considere mejor y elaborar un plan para llevarla a cabo;
5) llevar a la práctica la solución elegida;
6) valorar los resultados obtenidos y, si no son los deseados, volver a poner en práctica todo el procedimiento para mejorarlos.
ACTIVIDAD 4
Reflexionar sobre las medida que implementara la institución
educativa para mejorar la convivencia escolar:
MEDIDAS PARA MEJORAR LA CONVIVENCIA EN EL
CENTRO EDUCATIVO:
Ø Desde
la perspectiva de los profesores
1. Unión de todo el profesorado, sin
fisuras, a la hora de abordar este problema.
2. Elaboración de Reglamentos de Régimen
Interno, operativos, prácticos, sencillos de difundir, consensuados entre toda
la Comunidad Educativa.
3. Labores de prevención con informaciones
concretas sobre los historiales y expedientes de alumnos conflictivos en casos
de traslado a otro centro.
4. Establecimiento en los Centros educativos
de planes de prevención sobre conflictividad y violencia escolar.
5. Creación del Comité de Conflictos, de
intervención rápida, compuesto por el Jefe de Estudios y dos profesores.
6. Implicación de todo el Claustro en caso
de conflictos.
7. Inclusión en la Programación General de
Aula de campañas antiviolencia.
8. Intervención de profesorado especialista.
Creación de nuevos perfiles del profesorado.
9. Formación sobre autoestima y confianza.
10. Formación especializada para mejorar la
intervención con alumnos conflictivos. Prevención y tratamiento.
11. Trabajo cooperativo.
12. Aprender las técnicas adecuadas y
entrenarse para aplicarlas correctamente. 13. Formación del profesorado en la
gestión de conflictos y la mediación en el ámbito educativo como propuesta
alternativa.
14. Mayores facultades delegadas para
asignar las sanciones o las correcciones más adecuadas
15. Enfoque de las situaciones de conflicto
objetivamente, sin implicar los sentimientos
16. Resolver los problemas en cuanto
aparezcan
17. Incrementar la vigilancia y los
controles de los alumnos mediante la actuación de los profesores tutores en los
diversos escenarios de los centros -patios de recreo, comedores, etc.-,
18. Ayuda de la policía en las entradas y en
las proximidades de los colegios e institutos
19. Fomentar desde edades tempranas la
educación en valores éticos y morales, de manera que favor
Ø Desde la perspectiva de los Alumnos:
20.
Inclusión en el Currículo del Plan de Acción Tutorial para trabajarlo en el
aula. 21. Orientación personal de cada alumno en un ambiente de confianza,
sinceridad y libertad responsable.
22. Desarrollo de Campañas Antiviolencia en
todos los centros.
23. Atención personal al alumno que padece
las situaciones violentas.
24. Motivación y aumento de la autoestima de
los alumnos conflictivos.
25. Un currículo diversificado para alumnos
carentes de motivación, y conflictivos, con más asignaturas prácticas, con
grupos más flexibles y con menor ratio alumno profesor.
26. Intervención de personal especializado
(psicólogos, asistentes sociales, etc.).
27. Medidas correctoras inmediatas ante
cualquier actitud agresiva o violenta.
28. Potenciación e intensificación de la
Educación en Valores y práctica de la participación democrática.
29. Fomento de hábitos de vida saludables.
No al consumo de alcohol, tabaco y de drogas.
30. Desarrollo de habilidades de
autorregulación y autocontrol.
Ø Desde la perspectiva de los padres
31. Dar modelos positivos: Mantener unas
buenas relaciones familiares y resolver amigablemente los conflictos sin
aceptar la violencia.
32. Ejercicio de la autoridad que les
corresponde en el proceso de educación y de formación de los hijos.
33. Definir unas normas de convivencia
claras y consistentes explicándoles qué está permitido y qué no lo está, dando
los argumentos necesarios.
34. Una actitud positiva en relación con sus
hijos: Mayor atención y disponibilidad y mayor aceptación de sus actitudes
personales.
35. Fomento de la no-violencia. No permitir
que provoque a los compañeros.
36. Cooperación activa y conjunta de padres
y profesores en casos de agresividad.
37. Colaboración entre colegio y familias en
todo el proceso de enseñanza.
38. Apoyo al centro y al profesorado. No
desautorizar al profesorado delante de los hijos
39. Desarrollo de valores democráticos como
el respeto y la tolerancia en el ambiente familiar.
40. Creación en la comunidad educativa del voluntariado
de padres / madres para apoyar a aquellos alumnos “huérfanos” dentro del ambiente
familiar.
41. Denuncia de cualquier situación de
violencia o acoso en el entorno escolar.
42. Enseñar a los hijos a ser los
protagonistas en la búsqueda de soluciones.
43. Colaborar en la construcción de valores
basados en el esfuerzo personal como la perseverancia, la constancia, la
voluntad.
44. Cuidar su crecimiento emocional,
enseñándoles a expresar sentimientos, a saber ponerse en el lugar del otro y de
entender sus sentimientos, a controlarse emocionalmente.
45. Impedir que los hijos accedan a
contenidos de la TV, los videojuegos e Internet inadecuados a su edad,
ofreciéndoles alternativas.
46. Evitar la sobreprotección para sus
hijos.
47. Mayor interés de los padres por las
funciones que le corresponden en el espacio educativo.
48. Revalorización de los centros escolares
como lugares de enseñanza y de formación.
Desde la perspectiva de la
Administración :
49. Resolver el problema de la pérdida de
autoridad de los docentes.
50. Provocar urgentemente la búsqueda de
soluciones a la violencia escolar.
51. Desarrollo de campañas de dignificación
del trabajo docente que devuelva al profesorado la autoestima y reconozcan la
importancia de su trabajo
52. Mejores condiciones para la intervención
sobre el fenómeno de la violencia. Dotar al profesorado de herramientas para
trabajar la gestión de las emociones y la prevención de los conflictos.
53. Creación de Comisiones Disciplinarias
operativas, con competencias para tomar acciones correctivas inmediatas ante
aquellas conductas que degraden la convivencia escolar o la dignidad del
profesor.
54. Creación del perfil de asesor para la
Educación sobre la conflictividad.
55. Creación del nuevo perfil de expertos
mediadores para la resolución de conflictos en los centros.
56. Mejores políticas disciplinarias e
impulso de cambios legales. Proponemos modificar urgentemente la normativa
sobre derechos y deberes, que debe contemplar: - El derecho a enseñar y
aprender en un clima de respeto mutuo. - El reconocimiento del profesor como
autoridad pública en el ejercicio de su función - Los Derechos y Deberes de los
profesores y de los padres - La revisión de los actuales Deberes de los
alumnos. - Un nuevo sistema sancionador ágil, inmediato y desburocratizado, a
cargo del profesorado. - La tipificación explícita de conductas graves. - En
los casos graves, suspensión inmediata de asistencia a clase.
METODOLOGIA
La ejecución del proyecto se realizó en tres momentos específicos con
actividades que vincularon al docente, estudiantes, padres de familia y
miembros de la comunidad en general como el presidente de la junta de acción
comunal, entre otros que conformaron dos grupos distintos. Esto se desarrolló
de la siguiente manera:
·
Momento
1: Fase
N°1exploración y manejo de internet:
Conocimientos básicos de internet.
·
Talleres de buen uso
Momento 2: Fase N°2 manejo de las herramientas
ofimáticas:
·
Exploración de los componentes de ofimática
Talleres virtuales de palabras
estudiadas
Momento 3: Fase N°3 exploración de internet y manejo de
buscadores
·
EXPLORACION de páginas para dar solución a algún inconveniente.
·
Explorar páginas de lecturas
Manejo virtual de diccionarios
PROPÓSITO DE LAS TICS
Pretende formar a los estudiantes en el uso
y manejo de las Tics como herramienta en el proceso de aprendizaje, siendo un medio
de gran utilidad para acceder al
conocimiento en la actual sociedad de la información y contribuir al desarrollo
del conocimiento autogestionado.
FINALIDAD O ALCANCE DEL
PROYECTO DE AULA EN TIC
Beneficiar el aprendizaje escolar ayudando
a los estudiantes a comprender y reflexionar sobre situaciones problemáticas,
al margen de sus condiciones sociales o económicas, facilitando el acceso a las
fuentes del conocimiento mediante el cambio y la innovación potenciando el uso de las Tics en
el aula. Igualmente aprovechando la aceptación de estas tecnologías en los
estudiantes y la facilidad que tienen ellos para interactuar con estas, se
puede involucrarlos en su propia educación logrando que descubran las cosas por
sí mismos, haciendo que tomen parte activa como personas líderes, con actitud
emprendedora y asertiva.
EVIDENCIAS
FOTOGRÁFICAS
Actividad 1: Reunión con la
docente para indagar acerca de las necesidades de la sede educativa